El rey que murió por comer demasiado

A lo largo de la historia, varios monarcas han fallecido de formas crueles o trágicas, pero pocos como Adolfo Federico de Suecia, famoso por su absurda muerte.

Según se cuenta, el rey murió el 12 de febrero de 1771 tras un banquete en el que comió excesivamente: langosta, caviar, arenques, chucrut, carne y nabos, todo acompañado de abundante champán. Después, disfrutó de 14 semlas, pasteles suecos rellenos de crema, con leche caliente, canela y pasas.

Esa misma noche, comenzó a sufrir intensos dolores abdominales que culminaron en su muerte horas después. Si bien se especuló sobre un ataque al corazón debido a su ingesta excesiva, también surgieron rumores de envenenamiento, dado que el rey no gozaba de popularidad.